25 añazos haciendo piercing, 10 años con nombre propio y 15 años con el estudio en el mismo local.
En Febrero de 1997 empezó todo. (1/2)
Llevaba años acudiendo como cliente hasta que terminé trabajando allí.
El motivo de porque empecé en el piercing es por la imagen tan extremista que llevaba: cresta, cejas y perilla de colores. 11 piercings en la cara (estamos hablando de principios de los 90) y nadie me daba trabajo, y eso me hacía rabiar mucho, no lograba entenderlo. Tenía un conflicto con la sociedad, me sentía inadaptado o rechazado por el resto de gente.
Así que decidí quitármelo todo, tener una imagen aceptada socialmente, trabajar y ahorrar para aprender a hacer piercing y hacer todos los posibles, cómo medio de rebelión contra la sociedad: «Ya que yo no puedo llevarlos, hacer los máximos posibles».
En 1997 hice el curso en mi lugar habitual: L’Embruix de Boquería de BCN. Al terminar, seguía yendo ahí, casi cada día, lo combinaba con el trabajo y mi otra pasión: la comedia (hacía cursos y bolillos de payaso).
Fue pasando el tiempo y un día Luis, el dueño me preguntó que porque iba tanto allí. Era una pregunta retórica, se veía de sobras que el piercing había nacido de mí y él lo sabía. Veía como quería perfeccionar técnicas y superar retos. Veía mi sed de conocimiento por mi pasión y las ganas de crecer, que a medida que pasaba el tiempo, fueron cambiando, ya no era «hacer el mayor número de piercings» ya era «Intentar hacerlos cada vez mejor» (Pero si podían ser muchos, mejor 😂) Además con mi carácter alegre y en pleno apogeo payasil, el trato era muy bueno con la gente.
Y pasó lo que tenía que pasar… Me contrató.
Había un piso franco en la calle Diputación, donde vivían dos de mis compañeros: David Mendive y Anna Rocasalvas y hacíamos reuniones con Carlos Escobar, Óscar Navarro, Andrés Fernandez había venido alguna vez, Marta de Steel&Words y perdonad si no recuerdo más… Hablábamos de técnicas, catéters y aguja americana, de roscas, de como hacer eso, de como hacer lo otro… Incluso teníamos un proyecto de hacer un Fanzine sobre piercing ¡Era estupendo!
.Pero luego la cosa se torció un poco. El piercing subió como la espuma, la mayoría de los días acababa haciendo 30 piercings ¡Al día! Y eso de «lo mejor» desaparecía bajo la presión de «los máximos» que era lo que pedía la empresa, los métodos de trabajo se volvieron muy industriales. Aprendí mucho, muchísimo a trabajar bajo presión, a resetear mi mente entre clientxs, a coger mano para hacer un piercing bien y rápido, pero en el fondo sabía que podía hacerlo mejor si fuera más lento.
En 2006 cerraron un estudio en Cerdanyola, mi pueblo natal. Le propuse a Luis poner un Embruix ahí y aceptó. Eso fue determinante. Me permití bajar la velocidad, atender a mi clientela como MIS CLIENTXS. Venían a l’Embruix, pero era «Mi Embruix» y aplicaba técnicas que la franquicia no autorizaba, dejé de hacer muchas cosas a las que estaba obligado y pude crecer mucho individualmente.
4 años duró. En 2011, por la crisis, tuvimos que cerrar y Luis me propuso cederme una franquicia nueva que estaban montando en Pau Clarís. Hice mis cálculos y a finales del 2011, me quedé el estudio.
Desde que estaba en l’Embruix de Barcelona (Y con un poco de miedo de parecer pretensioso, pero es la verdad y quien me acompañó en esa época lo puede ratificar) mucha gente ya iba preguntando por Anskar. Cuando abrí «Mi Embruix» aún más, era mi pueblo en el que me veo implicado, he estado en muchas entidades y por la comedia, tenía cierto nombre, así que la gente decía «vamos al Anskar». El nombre se puso solo. Y creo que no hace falta decir que desde 2011 trabajo libremente al 100% de cómo me gusta y realmente quiero.
Hasta hoy. 25 años.
Fue a finales del 2011, por lo que, haciendo cálculos reales, este año hace 11. Pero esos meses me los tomé como calentamiento, en tener una empresa propia, en decorar el local, en empezar con mi propio barquito. Y como soy una persona un tanto espiritual y (me encanta inventarme palabras) «ritualística» me tome el cambio de año como el inicio: El nacimiento de Anskar Tattoo & Piercing o cómo pone en el letrero, que seguro que nadie se ha fijado (Piercing and Tattoo) 😆..
Toni, el tatuador que había antes, dejaba l’Embruix y me propuso a Tokio como tatuador para que se quedara allí. Tokio iba apareciendo por ahí y nos caíamos bien, pero sin más, éramos colegas, nadie se imaginaba cómo íbamos a acabar…Yo iba haciendo como pude y lo mejor que supe (Pensad que l’Embruix era un colmado de shishas, grinders, pendientes de plata, tabaqueras, sudaderas, camisetas, figuritas… 😐) Tuve que devolver todo eso y empezar de cero.
Sí que es verdad que tenía por la mano el trato con el cliente, yo llevaba 15 años cara al público con «mi negocio», pero todo el tema de la decoración y trayectoria, no era cosa mía, era cosa del dueño de l’Embruix, yo al fin y al cabo hasta ahora solamente llevaba una franquicia. Y empecé como empiezan todos los negocios y cómo había ido hasta ahora: siendo lo más comercial posible…Mirad que siempre me he considerado una persona «auténtica» hay varios episodios de mi vida que así lo demuestran, pero ahí estaba perdido… Al fin y al cabo era un negocio ¿pero como reflejar la autenticidad en un negocio?…El estudio llevaba mi nombre, así que me centré en mí. Siempre he estado implicado en el budismo y lo vi claro, darle una imagen «budista». El color predominante fué el borgoña con el naranja en algunas zonas, basándome en las túnicas budistas. Un patrón de Sayagata dorada como contorno por la tienda y un cartel de vinilo, en dos tonos naranjas, sayagata y las letras como hindús con el nombre de «Anskar Tattoo&Piercing» Láminas y elementos budistas por todas partes y olor a incienso, como no. Me gustaba, era mi decoración (casi como en mi casa) y lo veía auténtico: yo y para mí.
Bendito Tokio. Poco a poco al ir avanzando, él también quería dejar su huella y sentirse como en casa. Así que me dejaba caer algún consejillo. Claro que yo era el jefe y el estudio tenía que tener la imagen que a mi me diera la gana, pero siempre escucho y valoro y me di cuenta de a quién tenía a mi lado. Una persona del estilo del tatuaje tradicional y con principios y valores del tattoo auténtico, porque (me váis a perdonar) pero no hay tattoo más auténtico que el tradicional. Y poco a poco, sus ideas, fueron mis demandas y en medio iba poniendo yo las mías, pero me dejé llevar completamente por él y claro que tuvimos algún conflicto y chocamos a veces ¿a que pareja no le pasa? 😂 Pero el me venía y me decía…»Anskar, y si…?» o «Tío, esto molaría mazo» y yo, la mayoría de veces respondía: «Ah, pues si». Así que cuando veis el estudio y decís que es precioso, gran parte (casi todo) son ideas de Tokio y Anskar no sería lo bonito que es si no fuera por él. Te quiero puto 💖
Cambiamos el vinilo con las letras del Shambala por un cartel hecho a mano y decoramos el escaparate con unos buenos letterings y la piezota de arriba, todo por la misma persona: Elias fos y le dimos un aspecto tradi. Uno de los puntos dónde más coincidimos es en la madera, que a mí me flipa y queda tradicional, todo parquet, bancos, vitrinas… todo madera. Y el naranja se mantuvo, de hecho es el color comporativo de la empresa, si hasta somos de Orange!! Y profesionalmente a la vista está, Tokio y yo somos como hermanos y eso nos da calidad profesional, porque se nota el ambiente familiar. Tenemos una hermanita: Deimos que tiene una mano increíble para el piercing y que aún su corta edad lleva ya 6 años anillando y un trato brutal con la gente. Juan, que nos visita de vez en cuando para las «Flash Sessions». Y la família que no para de crecer. Las últimas incorporaciones son Davids, en cuanto a tatuaje realista, Ari con el láser y Janna «pulso de oro» a cargo del microblading.
Y así vamos tirando. Me he equivocado en muchas cosas, he tenido conflictos serios que han afectado mucho pero es aprender al fin y al cabo. De todos modos, igual es mi punto de vista, siempre ganan las alegrías y eso se nota en el ambiente.
¿Vamos a por 10 años más? 😉
Era 2007. Llevaba 10 años anillando y un día paseando por Cerdanyola del Vallés, mi pueblo de siempre, ví lo que había sido un estudio de tatuaje y piercing cerrado y en traspaso…No tardé en proponerle a mi jefe montar una franquicia allí. Justo por esa época Luis estaba inspirado en eso, quería abrir franquicias. Y no se tuvo que hablar mucho más. Buscamos un buen tatuador y apareció Kezam, Kezamone o «El Toni». Llevaba una larga y buena carrera basada en el tatuaje japonés, lo más clásico posible. Llevaba y lleva, sigue tatuando allá en Osaka. Tengo muy buenos recuerdos de esa época, algunos episodios un poco turbios, pero satisfactorios al fin y al cabo. Quiero mucho a ese cabrón…Pasaron muchas personas por «Mi Embruix», era increíble la de gente que venía a saludar, a pedir consejos o directamente a aprender del Toni. Me dio la oportunidad de conocer a mucha gente del gremio: El Kuru, Agustín, Rotor, Leo, Lola, Tomás, lemikele, juan, … Recuerdo que hasta nos visitó Toshi, desde Japón…Lo pienso desde la distancia y ahora, con lo que he aprendido, flipo con la de artistas que han pasado por ahí, y todo gracias al Tonino ¡Gracias amic!
Yo seguía con las técnicas de entonces de l’Embruix (frío-catéter-rosca externa) Con carnets de socixs, precios con seguro en el piercing y cosas de esas, pero «me lo pasaba un poco a la bartola» y pude ir probando cosas nuevas por lo que durante esos 4 años que duró (2007-2011) aprendí bastante, pero hasta cierto límite…Al fin y al cabo, la decoración y la trayectoria de l’Embruix era ser lo más comercial posible. Me sentía limitado y me sabe mal decirlo, pero esos 4 años no fueron muy satisfactorios, aunque conocí a grandes personas, la clientela estaba contenta y yo me sentía a gusto, pero no tanto cómo sabía que podía llegar a sentirme…Fué muy significativo porque quieras o no, aprendí a ser autónomo, era una franquicia, sí, pero tuve que aprender a tener un punto de vista fiscal muy diferente al que tenía al ser asalariado. El que fué mi jefe se convertía en «mi socio» y «mi jefe» a la vez. Era como «Hoy te dejamos salir de casa (¡Bien!) pero no salgas del barrio y a las 21:00 en casa (¡Mierda!). Pues mira, no lo había pensado antes, viví mi adolescencia profesional 😂…Fueron 4 años de gestación.