Un imán colocado en un piercing en la lengua podría cambiar la forma en que los paralíticos interactúan con el mundo.
Se colocan unos sensores alrededor de la lengua que detectan sus movimientos y los convierten en órdenes.
La idea nació en el Instituto de Tecnología de Georgia, en Estados Unidos, y el trabajo fue publicado en la revista Science Translational Medicine. Es una forma curiosa y súper buena de aunar piercing y medicina. Quisieron aprovechar nuestro arte corporal para mejorar la funcionalidad de las sillas de ruedas, debido a la espectacular flexibilidad de la lengua.
Resulta que una gran parte del cerebro está dedicada a controlar la lengua, ya que sin ella, no sería posible el habla. Pero la gran ventaja es que este órgano tiene la ventaja de que es muy difícil verse afectado por lesiones en la médula espinal que son las que paralizan el resto del cuerpo, porque tiene una línea directa con el cerebro.
Lógicamente, de manera está en fase experimental, pero por el momento, los experimentos realizados con personas tetrapléjicas, ya han podido realizar tareas 3 veces más rápido que con las tecnologías actuales.
El funcionamiento es tan simple como que si te quieres mover hacia la derecha, solamente debes mover la lengua hacía la derecha y al revés.
Los especialistas del proyecto hablan de poner un sensor en cada diente y poder realizar más acciones como llamadas telefónicas, cambiar el canal de la TV, o incluso escribir.
¿No os parece brutal?